El futuro Erasmus+ 2028-2034

El 16 de julio salió una nueva propuesta del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo para el programa Erasmus+. Esta propuesta, aunque aún sea provisional y pueda cambiar, es muy interesante porque supone cambios importantes para el periodo 2028-2034, cubriendo 7 años de la próxima generación del Programa Erasmus+.

 

Mucho de lo que conocemos hasta ahora podría cambiar: fundamentalmente todo apunta que ya no se hablará más de “Acciones Clave” (Key Action). Las famosas KA1 y KA2 dejarán de existir, cambiará la financiación y se aputan más cambios. 

Recordemos que esa propuesta está aún negociando, como ya se negoció en su momento el actual programa Erasmus+ en 2020. De hecho, en España hubo una consulta pública abierta a propuestas y contribuciones. Pero la propuesta ya apunta varios aspectos que tendremos que ir teniendo en cuenta. ¿Cuánto de todo esto es un cambio formal?, ¿qué es lo que desaparece?, ¿qué es lo que el programa recupera con respecto al pasado? y ¿cuánto nos afectará como participantes y entidades?.

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La desaparición del Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES)

Un primer gran cambio en la nueva propuesta es la desaparición a nivel formal del CES, ya que se integra (de nuevo) dentro del programa Erasmus +. Si hacemos memoria, esto ya ocurrió antes del 2020, cuando de manera transitoria el anterior “Servicio Voluntario Europeo” estuvo durante casi dos años bajo el paraguas de Erasmus+. Hasta que a Juncker se le ocurrió separarlo y crear un nuevo programa como iniciativa política de su Comisión.

Esto significa que aunque el CES mantenga su propia identidad como marca, los dos instrumentos tendrán un solo reglamento y un presupuesto común. El objetivo de esta unión es evidentemente la posibilidad de combinar los fondos para realizar proyectos educativos y humanitarios en conjunto, para crear una gestión más eficiente y flexible, eliminando las duplicidades administrativas y presupuestarias. De hecho, el CES y Erasmus+ comparten herramientas comunes, como el registro URF, el sistema de solicitudes, el Beneficiary Module para la realización de informes finales, etc.

Desaparecen las Acciones Clave (KA1, KA2 y KA3)

El CES no es el único que va a desaparecer: así, sino también las acciones clave KA1, KA2 y KA3. No en esencia pero sí lo hacen como nomenclatura formal. En el nuevo reglamento no se mencionan directamente. En su lugar, se organiza el Programa Erasmus+ por ámbitos de intervención como movilidad, cooperación, participación y solidaridad. En la práctica se mantienen los contenidos que antes estaban bajo las KAs, pero con una estructura más flexible y transversal, lo que quiere permitir combinar acciones y adaptar mejor los proyectos a cada contexto. 

El presupuesto económico

Aquí está el meollo de esta propuesta: Un cambio particularmente relevante es sobre el presupuesto económico a disposición de estos proyectos: ahora un único presupuesto deberá cubrir todos los proyectos, sin diferenciación si se dedican a ESC y Erasmus +.

En el artículo 17 se detalla que el presupuesto total es de 26.148 millones de euros a precios corrientes, de los cuales 999 millones se asignan a las acciones de voluntariado y solidaridad (CES). Erasmus + 2021–2027 tiene un presupuesto de 24.570 millones de euros y el CES, como programa separado, de 1.009 millones de euros.

Así que al final el presupuesto global se mantiene estable: solo cambia el modelo de financiación y esto con el objetivo de priorizar la inclusión, la flexibilidad y la posibilidad de transferir fondos entre acciones. Esto significa que se da más margen para ajustar los fondos entre acciones según exigencias anuales o imprevistos (como por ejemplo una crisis de inflación, una crisis económica, etc.). Así se refuerza la posibilidad de transferir fondos entre acciones, según prioridades estratégicas.

Además se habilita legalmente y explícitamente  la financiación adicional para personas con menos oportunidades (art. 19.3), lo que refuerza el principio de equidad. Sigue en un limbo la iniciativa política que lanzó Von der Leyden hace un par de años de crear un nuevo programa europeo separado, llamado ALMA

Seguramente, de aquí a que entre en vigor el nuevo programa todas las partes interesadas y lobbys presionarán para que el presupuesto aumente. Tiene todo el sentido del mundo, ya que en 2021 el crecimiento del presupuesto de Erasmus+ frente a la anterior generación del programa fue de un 40%. Que el presupuesto del programa europeo más (re) conocido de la UE se mantenga estable supone un escaso avance. Sin embargo, sabemos que otros factores como el aumento de fondos para Defensa van a afectar al crecimiento en presupuesto de Erasmus+.

Nuevas prioridades europeas

En este nuevo documento también se detallan nuevas prioridades europeas claves del nuevo programa : inclusión y diversidad, transición digital y ecológica, participación juvenil, ciudadanía democrática y valores de la UE. Concretamente, se quiere reforzar la transición ecológica como eje transversal obligatorio, con proyectos sobre sostenibilidad y competencias verdes. Se introduce la dimensión de resiliencia democrática y defensa europea (educación cívica frente a amenazas), se consolida el voluntariado humanitario como parte estable del programa, y se promueve la ciudadanía activa desde la infancia. También se potencia la flexibilidad intersectorial, permitiendo proyectos híbridos entre educación, juventud, FP y voluntariado.

Mientras que estas prioridades europeas se detallan en detalle en la propuesta, es evidente que otras, hasta ahora pilares de los programas, desaparecen. Un ejemplo es el Deporte, que deja de tener un eje propio y pasa a formar parte de otras acciones como inclusión o juventud. La dificultad de las Agencias Nacionales de implicar más a entidades del deporte base tenga quizás la culpa. 

Por otro lado, la innovación pedagógica, de momento destacada en el actual programa Erasmus+, se diluye en las competencias verdes y digitales. También se reduce el foco en la gobernanza institucional del espacio europeo de educación, en favor de la participación directa y el impacto social.

El Capítulo Juventud se diluye

No habrá un capítulo de Juventud reconocible. Esto no quiere decir que los jóvenes no vayan a participar en Erasmus+, sino que la visibilidad del Trabajo en Juventud se va a diluir, ya que muchas de las iniciativas y acciones que contenga el programa no van a tener el sello de “Juventud”. Esto afectará negativamente a las entidades que trabajan en el sector del Trabajo en Juventud. 

Personas con menos oportunidades

El nuevo reglamento define con mayor precisión qué se entiende por personas con menos oportunidades. Esto permite (por fin) definir claramente este colectivo ya que por el momento está  sujeto a interpretación de las Agencias Nacionales, que siguen en muchos casos sin definirlo claramente, como sucede en España.

Según el artículo 2.14 del documento, este colectivo de personas con menos oportunidades incluirá a quienes enfrentan barreras económicas, sociales, culturales, geográficas, de salud, discapacidad, rendimiento educativo o discriminación por motivos de género, etnia, religión, edad, orientación sexual o estatus migratorio.

Esta definición quiere destacar de formas concretas las categorías también para que se puedan aplicar medidas financieras concretas como complementos por participante, costes excepcionales cubiertos como acompañantes, preparación adaptada o costes de traducción. También se quiere ayudar a las entidades que trabajen con estos colectivos o están ubicadas en regiones con baja participación histórica en el programa. El artículo 19.3 respalda legalmente el apoyo financiero adicional para estas personas. El artículo 18.2 establece que los fondos podrán adoptar formas como subvenciones, premios, costes unitarios, lo que facilita la adaptación flexible a cada caso sin trámites complejos.

Se priorizará la financiación de personas con menos oportunidades, con mecanismos de apoyo adaptados y nuevas formas de participación accesible. Las escuelas rurales, ONGs pequeñas o nuevas organizaciones tendrán vías simplificadas de acceso.

Nuevos beneficiarios

Una importante novedad es la participación directa de niños y alumnos de primaria en la movilidad europea, un cambio estructural que convierte a los más jóvenes en participantes directos del programa. El objetivo es fomentar la conciencia europea desde la infancia, reducir desigualdades estructurales y promover una ciudadanía activa desde las primeras etapas educativas, permitiendo a niños de entornos desfavorecidos tener experiencias formativas internacionales. así se quieren crear hábitos tempranos de aprendizaje intercultural, multilingüismo y ciudadanía democrática.

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¿Negativo o positivo? 

Nuestra conclusión es que al final muchos de estos cambios prevén variaciones a nivel nominal pero no a un nivel práctico: hemos visto que la financiación no implica muchos cambios, así como la desaparición del CES es solamente a nivel formal, pero en la práctica seguirá operando de la misma manera que hasta ahora. El objetivo es que se logre obtener más fluidez entre los fondos en los varios programas, para que lleguen a donde haya más necesidad. Para las Agencias Nacionales esto debería conllevar una simplificación administrativa, reducción de la carga de comprobación documental, una aceleración en los pagos y un enfoque más detallado en el impacto cualitativo que en el control financiero detallado. Ojalá se logre desatascar algo el retraso que los proyectos sufren durante la fase de propuesta y evaluación, siendo España uno de los países que sufren un mayor retraso.

De todas formas estos cambios implican una reorganización de estructuras, una adaptación de sistemas y nueva formación del personal. El objetivo explícito de ampliar la inclusión y financiar la movilidad infantil es muy interesante (aunque de manera efectiva ésta ya está ocurriendo). Sin embargo, es evidente que el presupuesto no crece, siendo una mala noticia que el programa se quede como esté sin una apuesta valiente de la Comisión para dotar de medios a su programa estrella. 

Por último, aunque consideramos que es útil que haya flexibilidad en los proyectos, esto puede provocar desigualdad entre sectores si hay presión política o desequilibrio. Un aspecto negativo que extraemos es el riesgo de que el CES pierda su identidad y visibilidad. Llueve (de nuevo) sobre mojado:  hace 7 años se perdió la marca del “Servicio Voluntario Europeo” para convertirla en “Cuerpo Europeo de Solidaridad” (CES), tirando por tierra un branding que ya se había consolidado entre los jóvenes. El hecho que el CES vuelva otra vez a Erasmus+ generará confusión y ruido, teniendo que hacer otra vez pedagogía entre los jóvenes y las entidades para explicar los cambios.

Todo está aún en el aire, en estos meses veremos idas y venidas de negociaciones, habrá que ser pacientes ya que hasta noviembre-diciembre de 2027 cuando salga la nueva guía del Programa Erasmus 2028-2034 no sabremos a ciencia cierta los detalles del mismo. 

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